T Coronae Borealis: un evento astronómico único en la vida
08 Aug. 2024
En la inmensidad del cielo nocturno, la constelación Corona Borealis está a punto de mostrar un fenómeno que ha fascinado a los astrónomos durante siglos. En el centro de esta constelación se encuentra T Coronae Borealis , una estrella que periódicamente deleita a los observadores con un espectáculo conocido como nova recurrente. T Coronae Borealis podría volver a convertirse en nova para septiembre de este año.
Profundicemos en la esencia de este fenómeno y por qué tiene tanta intriga dentro del ámbito de la astronomía.
La maravilla de Novae
Imagine una estrella, normalmente visible solo a través de un telescopio, que repentinamente brilla con tanta intensidad que se vuelve visible a simple vista, como si un nuevo cuerpo celeste hubiera surgido en el firmamento. Esto es precisamente lo que está a punto de ocurrir con T Coronae Borealis , ubicada a 2600 años de nuestro planeta. Clasificada como estrella binaria simbiótica , su luminosidad fluctúa con el tiempo. Estos aumentos repentinos de brillo, denominados "novas" (que en latín significa "nueva"), se manifiestan cuando la estrella alcanza un brillo que supera su resplandor.
Fuente: lanouvellerepublique.fr
Un sistema binario con transferencia de materia
La estrella pasará de su magnitud actual de 10 (visible con telescopios Vaonis, pero no a simple vista) a una magnitud de 2 , haciéndola visible a simple vista. Con este brillo, brillará con la misma intensidad que la Estrella Polar.
T Coronae Borealis es un sistema estelar compuesto por una enana blanca acompañada de una gigante roja. Orbitan entre sí, girando alrededor de su centro de masas común. Las enanas blancas, esencialmente los remanentes de estrellas que han agotado su combustible, emiten un resplandor debido al calor residual. Cuando la gigante roja se expande, sus capas externas comienzan a desbordarse sobre la enana blanca debido a las fuerzas gravitacionales, lo que resulta en fenómenos bastante explosivos.
Explorando explosiones estelares
A medida que el gas del gigante se acumula en la superficie del enano, la presión y la temperatura aumentan significativamente. En condiciones óptimas, se produce una reacción termonuclear descontrolada que desencadena una explosión. Esta explosión expulsa el gas acumulado al espacio, formando la llamarada que presenciamos como una nova. T Coronae Borealis experimenta este fascinante proceso cada 80 años, convirtiéndose en un acontecimiento en el calendario celeste.
Un salto a través de la historia: observaciones pasadas y presentes
T Coronae Borealis ha estado experimentando erupciones durante siglos, con registros históricos que documentan estos sucesos. La mañana del 9 de febrero de 1946 , el astrónomo estadounidense Armin Joseph Deutsch , del Observatorio Yerkes, observó la explosión que fue la última vez que pudo verse. Este evento alcanzó una magnitud aparente de 3,2 y una magnitud absoluta de -8,4, equivalente a 180.000 veces la luminosidad del Sol. Las capas de gas que rodean el sistema estelar sirven como prueba de estas explosiones. Con los telescopios modernos a nuestra disposición, ahora podemos profundizar en estos eventos de nova con precisión, descubriendo nuevos conocimientos sobre sus mecanismos y ciclos de vida estelares.
Novas versus supernovas: fenómenos celestes contrastantes
Aunque las novas deslumbran con su brillo, no deben confundirse con supernovas. Las supernovas se producen cuando una estrella masiva colapsa, lo que resulta en una explosión deslumbrante que puede superar el brillo de las galaxias durante un breve período. En cambio, las novas se consideran menos dramáticas, pero aun así intrigantes, y ofrecen información sobre el comportamiento y las interacciones de las estrellas. Además, las novas son más o menos predecibles, ya que son eventos periódicos, mientras que es imposible predecir con precisión cuándo una estrella moribunda se convertirá en supernova. Por ejemplo, Betelgeuse es una sólida candidata a supernova, pero esto podría ocurrir el próximo año o dentro de mil años.
Observando con seguridad: una perspectiva distante
Afortunadamente, T Coronae Borealis se encuentra a 2600 años de la Tierra, lo que garantiza que no representa una amenaza para nuestro planeta. Esta distancia segura permite a los astrónomos observar la formación de novas sin riesgo de daño, lo que les permite vislumbrar los mecanismos de la evolución y la dinámica de los sistemas estelares.
La T Coronae Borealis debería destacarse como una presencia cautivadora en el cielo nocturno, ilustrando la esencia cambiante y dinámica de nuestro universo. Cada nova contribuye a la comprensión de las relaciones entre las entidades celestes. Con los avances tecnológicos, nuestra capacidad para estudiar e interpretar estos fenómenos se ampliará aún más, revelando secretos ocultos sobre nosotros.